(English Version)
“I forgive you”…Yes, there was a moment when this phrase entertained him because he held the lives of people in his hands, and that made him to feel close to God’s power. Sadly, that amusement was just for a while, maybe a couple of days. The malice that he cherished was not satisfied with just that, he needed to give free rein to his sadism, feed the ravenous cruelty that dominated him.
To see him appeared from the field visits caused anguish, unease, fear. An indescribable terror captured us when the coldness of his eyes reached us, the mute intentions hidden behind his cynical smile, the slight that distilled his look when observed us, or the despotism shown when he talked to us. His parabellum executed without rhyme or reason. It was not a possible pattern to follow to escape from his cannon. It wasn’t either a behaviour which distanced you from his miserable actions. Everything was a matter of luck, of not being in the right place at the wrong time. If his pupil took notice of you, the die was cast.
But from all those horrors lived during that mutilated of innocent childhood, the one he visualised with more clarity was the balcony one. Every morning, terrified, we looked out of the corner of our eyes the instant he appeared on that flat roof, thinking about who would be the next in receiving a shot on the head coming from his riffle. When he leant out only half-dressed, his favourite activity was improving the aim,
shooting at us. To some, for taking a weary rhyme due to the inanition, to others, if they had the bad luck of being having a break from any hard work in that moment. And to the majority, randomly, as a habit, just for fun. Terror made the Plaszow prisoner’s nape hair stand on end with just seeing him appear.
A gallows executed him seconds later his throat uttered a succinct and defiant “Heil Hitler”. A rope that arrived too late for thousands of hearts he blew out. Amon, is the nightmare that has persecuted me throughout my life. A bitter nightmare that unfortunately was real, too real.
Pepe Gallego
(Translated by Ariadna B. Alonso)
<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/"><img alt="Licencia Creative Commons" style="border-width:0" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/4.0/88x31.png" /></a><br /><span xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/" href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type">"Amon" (English Versión)</span> por <a xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#" href="http://pedrofernandezworks.blogspot.com.es/2016/09/amon_14.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL">Pepe Gallego</a> se distribuye bajo una <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional</a>.
miércoles, 14 de septiembre de 2016
"Amon"
(Versión en Español)
“Te perdono”…Sí, hubo un momento en que esa frase le divirtió porque tenía en sus manos la vida de las personas, y ello le hacía sentir cercano al poder de Dios. Tristemente, esa diversión le duró muy poco tiempo, quizás un par de días. La maldad que albergaba no se saciaba con eso, necesitaba dar rienda suelta a su sadismo, alimentar la voraz crueldad que le dominaba.
Verle aparecer por el campo de concentración causaba angustia, desasosiego, miedo. Nos apresaba un terror indescriptible cuando nos alcanzaba la frialdad de sus ojos, las mudas intenciones encerradas en su cínica sonrisa, el desprecio que destilaba su mirada cuando nos observaba, o el despotismo con el que se dirigía a nosotros. Su parabellum ejecutaba sin orden ni concierto. No había un patrón que poder seguir para escaparse de su cañón. No existía un comportamiento que te alejara de sus deplorables acciones. Todo era cuestión de suerte, de no estar en el sitio justo en el momento equivocado. Si su pupila se fijaba en ti, la suerte estaba echada.
Pero de todos los horrores vividos en aquella infancia mutilada de inocencia, el que visualizo con más claridad es el del balcón. Cada mañana, aterrorizados, mirábamos de reojo el momento de verle aparecer en aquella terraza, pensando en quién sería el siguiente en recibir una bala en la cabeza proveniente de su rifle. Cuando él se
asomaba aún a medio vestir, su actividad favorita era afinar la puntería disparándonos. A unos, por llevar un ritmo cansino debido a la inanición. A otros, si tenían la mala suerte de encontrarse en aquel momento descansando de alguna dura tarea. Y a la mayoría, aleatoriamente, por costumbre, casi por deporte. El terror erizaba el vello de la nuca de los recluidos en Plaszow con tan solo verle aparecer.
Una horca acabó ajusticiándole segundos después de que su garganta pronunciara un escueto y desafiante “Heil Hitler”. Una soga que llegó muy tarde para los miles de corazones que apagó.
Amon, es la pesadilla que me ha perseguido a lo largo de toda mi vida. Una amarga pesadilla que por desgracia fue real, demasiado real.
Pepe Gallego
<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/"><img alt="Licencia Creative Commons" style="border-width:0" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/4.0/88x31.png" /></a><br /><span xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/" href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type">"Amon" (Versión en Español)</span> por <a xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#" href="http://pedrofernandezworks.blogspot.com.es/2016/09/amon.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL">Pepe Gallego</a> se distribuye bajo una <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional</a>.
“Te perdono”…Sí, hubo un momento en que esa frase le divirtió porque tenía en sus manos la vida de las personas, y ello le hacía sentir cercano al poder de Dios. Tristemente, esa diversión le duró muy poco tiempo, quizás un par de días. La maldad que albergaba no se saciaba con eso, necesitaba dar rienda suelta a su sadismo, alimentar la voraz crueldad que le dominaba.
Verle aparecer por el campo de concentración causaba angustia, desasosiego, miedo. Nos apresaba un terror indescriptible cuando nos alcanzaba la frialdad de sus ojos, las mudas intenciones encerradas en su cínica sonrisa, el desprecio que destilaba su mirada cuando nos observaba, o el despotismo con el que se dirigía a nosotros. Su parabellum ejecutaba sin orden ni concierto. No había un patrón que poder seguir para escaparse de su cañón. No existía un comportamiento que te alejara de sus deplorables acciones. Todo era cuestión de suerte, de no estar en el sitio justo en el momento equivocado. Si su pupila se fijaba en ti, la suerte estaba echada.
Pero de todos los horrores vividos en aquella infancia mutilada de inocencia, el que visualizo con más claridad es el del balcón. Cada mañana, aterrorizados, mirábamos de reojo el momento de verle aparecer en aquella terraza, pensando en quién sería el siguiente en recibir una bala en la cabeza proveniente de su rifle. Cuando él se
asomaba aún a medio vestir, su actividad favorita era afinar la puntería disparándonos. A unos, por llevar un ritmo cansino debido a la inanición. A otros, si tenían la mala suerte de encontrarse en aquel momento descansando de alguna dura tarea. Y a la mayoría, aleatoriamente, por costumbre, casi por deporte. El terror erizaba el vello de la nuca de los recluidos en Plaszow con tan solo verle aparecer.
Una horca acabó ajusticiándole segundos después de que su garganta pronunciara un escueto y desafiante “Heil Hitler”. Una soga que llegó muy tarde para los miles de corazones que apagó.
Amon, es la pesadilla que me ha perseguido a lo largo de toda mi vida. Una amarga pesadilla que por desgracia fue real, demasiado real.
Pepe Gallego
<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/"><img alt="Licencia Creative Commons" style="border-width:0" src="https://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/4.0/88x31.png" /></a><br /><span xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/" href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type">"Amon" (Versión en Español)</span> por <a xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#" href="http://pedrofernandezworks.blogspot.com.es/2016/09/amon.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL">Pepe Gallego</a> se distribuye bajo una <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional</a>.
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